miércoles, 25 de enero de 2012

Es Imposible Vivir Sin Mentir


Tiempo atrás platiqué con un amigo mío por internet. Éste puso el alias de “Fer lies” y yo pregunté que por qué tenía la palabra lies (mentiras en ingles) o que si era por ser mentiroso. Y él me respondió que todos mienten y por eso escogió esta palabra. Yo le respondí que las mentiras son tan necesarias como una religión por el hecho de que evitan que nos destruyamos unos a otros, pero tal vez no fui muy explicito ante esta situación. Por esta razón abordaré de nuevo el tema.


Algunas personas deben de decir que nunca mienten, pero ¿será esto verdad? No es posible siempre decir la verdad, pues si lo hacemos acabaríamos completamente solos porque lastimaríamos a las personas que decimos amar. Les haríamos daño al mostrarles nuestros verdaderos sentimientos y pensamientos.

Una mentira es un engaño. Un engaño que manifiesta con un silencio, inventando historias falsas y acceder ante los deseos de otros para evitar el odio y las peleas. Esto es lo que me hizo pensar que muchísimas veces debemos de mentir, pero no para engañar sino para no lastimar. La religión, cualquiera que sea, nos limita y evita que nos alejemos de lo que es correcto y por consiguiente no destruirnos a nosotros mismos. Sin ésta  actuaríamos sin límites y pasaríamos de la libertad al libertinaje. Por eso Montesquieu aceptó que debe de existir la religión para controlar al hombre. Y Platón en “La Republica” accede a que se le puede mentir al pueblo por su propio bien estar. Así, las mentiras sirven exactamente para lo mismo solo que en menor magnitud que la religión.

La mentira para quien la usa correctamente, la minoría, nos ayuda a no destruirnos porque al decir la verdad en todo momento tendremos que herir a las personas que no son capaces de aceptar sus errores, y por conclusión seríamos odiados. Poco a poco nos quedaríamos en soledad, y para el hombre, que es sociable por naturaleza, esto le causaría un fin lento y agonizante. Entonces creo que podría aplicarse lo que llamamos “mentiras piadosas” para mantener diferentes situaciones bajo control, no herir a seres que son queridos y cuidar de nosotros mismos.

Muchas de las personas que realmente nos quieren deben, por distintas razones, mentirnos. Si nos mienten, entonces podría ser que no tenemos la capacidad en ese momento de aceptar la realidad. Le doy las gracias a quien miente para no causar sufrimiento a los demás aunque sea una terrible carga llevar esa mentira todo el tiempo y más aun sabiendo que al ser descubierto causaría un dolor superior que si hubiera dicho la verdad.

lunes, 2 de enero de 2012

La Palabra Perdón

¿Por qué el hombre pide y otorga el perdón? Por un largo tiempo he estado pensando mucho acerca de esta curiosa palabra perdón. Nosotros los humanos solemos decir: “Perdóname” “Te perdono”. Pero acaso será que tenemos ese increíble don de perdonar a los demás cuando nosotros mismos ni siquiera logramos hacer las cosas del todo bien, y no me refiero a trabajos escolares, actividades laborales sino a seguir un camino de rectitud incuestionable, así como si hubiésemos nacido perfectos y no existiera la equivocación en nuestro actuar. Así, finalmente llegué a una conclusión: esta palabra debería desaparecer de nuestro vocabulario.


El perdón solo puede ser otorgado por un ser que es superior en todos los aspectos a nosotros. Éste debe de saberlo todo, conocerlo todo y nunca equivocarse al tomar una decisión. Un Dios podría darnos esa liberación del alma, pues sólo estas divinidades que han de demostrar su superioridad sobre la raza humana tendrán ese derecho. En cuanto a nosotros creo que sería mucho más conveniente sólo ofrecer una disculpa por nuestros actos y aceptar las consecuencias que éstos han traído. Un hombre como tal jamás estará exento de cometer equivocaciones y por esta razón mucho menos tiene la capacidad de decidir otorgarle a otro hombre el perdón. Aquí convendría citar a Jesús de Nazaret cuando defendió a María Magdalena: “Aquel hombre que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”. Y es verdad nosotros con nuestros defectos, errores y pesares apenas podemos con nuestra propia vida pero aun así insistimos en pedir que se nos otorgue o en otorgar el perdón.

Tal vez si no conociéramos el significado de esta palabra o si actuáramos como lo hacen los niños pequeños que después de una riña a los 5 minutos lo han olvidado y vuelven a buscar la compañía de los otros con quienes poco tiempo atrás se habían enojado, entonces nos quitaríamos un pesar demasiado grande. El rey David mandó a la guerra al esposo de Betsabé para quedarse con ella, y ésta tiempo después engendró un hijo, el cual murió porque Dios así lo dispuso. Aún después de que David rogara e implorara que se le perdonara. El bebé murió, y David al concluir con la sepultura de su hijo se lavó la cara y dijo: “He hecho todo lo que estaba en mis manos por salvar a mi hijo, pero la vida sigue”. Este sería un excelente ejemplo para dar a entender que nos equivocamos, que la vida sigue y que la próxima vez que se presente la oportunidad evitaremos cometer el mismo error. Si hemos hecho algo mal, debemos de aprender del error y tratar de no tropezar dos veces con la misma piedra.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Estación del Tren

(OCTAVA ENTRADA FINAL)

Y yo seguía ahí invadido por el miedo. Llegué a considerar el en entregarme para salvar mi vida, pero eso sería inútil porque ellos solo accederían a mis peticiones para salvar su existencia. Posteriormente me asesinarían en la primera oportunidad que tuvieran. Mi única opción era estallar la bomba. No era nada fácil entregar la vida y para poder irme tranquilo tenía que ver la cara de un norteamericano llena de terror. Ya estaban ahí y comenzaron a revisar el campo, pero no habían encontrado a nadie. Solo uno llegó a dar conmigo y se cumplió mi deseo. Su cara se puso pálida, abrió los ojos y gritó lleno de terror: “Todos corran hay una bomba”. Decidí apretar el botón en ese instante pero el tiempo se detuvo.



Comencé a recordar toda mi vida desde que tenía 4 años de edad. Recordé como me hacía el dormido para que mi padre me cargara cuando veníamos de una fiesta. Regresaron a mi mente los cuidados de mi madre. Ella solía cantarme, darme un beso y prepararme un licuado de fresa antes de dormir. Juan, mi hermano, siempre decía: "Si alguien te hace daño, me vienes a avisar". Karla, mi hermana, varias veces me llevó a la universidad donde estudiaba. Esto y más cosas vinieron a mi mente en un solo instante y me sentí satisfecho con la vida que tuve. Después moví mi dedo para presionar el detonador y de repente todo lo iluminó un brillo blanco.



Ahora me encuentro aquí en una estación de tren. Estoy sentado en una banca con un traje de color blanco. Siento que mi deber es esperar a que llegue el tren. No sé a qué hora llegara pero lo esperaré, pues no tengo ninguna otra cosa que hacer. Ahora que lo pienso ya no siento tristeza ni soledad.


Al fin escucho ese "chu chu" característico de los trenes. Lo veo y cada vez está más y más cerca. Minutos después arribó, y terminó por detenerse frente a mí una de sus tantas puertas de abordar. Mi sorpresa fue que quien ha venido a recogerme es él, mi hijo. Ya no me importa a dónde me dirijo o si me espera un castigo. Lo que haré en este momento será disfrutar del viaje y platicar con Eduardo de todas las cosas que ha visto y hecho durante el tiempo que nos dejamos de ver.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Resignación

29 de Abril de 2014
(SEPTIMA ENTRADA FINAL)

Hoy es mi cumpleaños número 22. Y he comenzado a ver a Eduardo, mi hijo, rondar por aquí. Recuerdo que mi madre decía: “Cuando se ve a personas que ya han muerto y fueron muy queridas es porque vienen por ti. Y el momento de tu muerte ha llegado”. Pero eso sería ilógico. Un alma tan pura como la de Eduardo no podría venir por mí. Yo sé muy bien que seré enviado al infierno por todas las muertes que causé. No estoy arrepentido para merecer el perdón de Dios ni quiero merecerlo. Lo único que me gustaría antes de morir es oír la voz de Eduardo una vez más. Ya todos están preparados para partir el día de mañana. Este será el último día que despertaré, pues para la próxima puede que mi descanso sea interminable o deba pagar por mis pecados eternamente.

Ya todos se han despedido de mí y dicen que seré recordado como un héroe. Yo les pedí que recuperen nuestro país por las futuras generaciones, por sus hijos, por sus familias y por ellos mismos. Aparte de todo esto, me encuentro muy feliz porque soñé con mis padres, mis hermanos y con Eduardo. Mi deseo se concedió, ya que volví a escuchar la voz de mi querido hijo y miré de nuevo su lindo y joven rostro.

Por fin me he quedado solo. Comencé por dejar las puertas del campo abiertas para que no les cueste trabajo a los soldados penetrarlo. La bomba y yo nos encontramos en la parte central del mismo. Me he puesto a recordar todos los lindos momentos que pasé a lado de todos mis seres queridos. Me pregunté cómo será su vida ahora y si seguirán vivos. Pero pronto lo descubriré si llego a ir al cielo por error.

Ya han llegado. Escuché el motor de los carros; han lanzado advertencias para que nos demos por vencidos y no opongamos resistencia. Pero no saben que ya no hay nadie aquí, solo yo. Comenzaron a movilizase y han rodeado el campo para ingresar todos al mismo tiempo, justo como lo imaginé. Entrarán de la forma más facil y fue por eso que dejé todas las puertas abiertas. Mis manos empezaron a sudar, mi respiración se ha acelerado y siento que mi corazón se encoge. Siento miedo, pero pronto todo terminará. Escucho las pisadas de los soldados más cerca y con más fuerza. Ellos también tienen miedo, pues no saben que ocurrirá. Yo esperaré hasta el último momento para detonar la bomba y dejarles a estos perros un lindo recuerdo en nombre de México, en nombre de mi familia y en nombre la libertad que nos arrebataron.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Venganza

(SEXTA ENTRADA FINAL)

Enero 2014

La rebelión salió de acuerdo a lo planeado. Comenzamos por eliminar a aquellos que poseían las armas de fuego más poderosas y tomamos presos a los que se rindieron sin dar pelea. A mí regresa la felicidad con cada vida que cobro de esos malditos norteamericanos. Tomamos el control de todo el campo de concentración y cobramos venganza contra nuestros antiguos verdugos. Uno a uno son sometidos a distintos tipos de torturas: empalamientos, desmembramientos, degollaciones, mutilaciones y demás locuras que se nos puedan ocurrir. Sus gritos, suplicas y lamentos son una hermosa melodía para mis oídos, y los pisos, paredes y cuerpos manchados con su sangre son como la más hermosa pintura de Da Vinci. El día de hoy le arrebaté la vida a tres de ellos. La primera vez sentí que el vacío que llevo dentro de mí comenzaba a llenarse; la segunda vez, emoción con el calor de su sangre en mis manos; la tercera vez, placer al ver un rostro agonizante.


Los norteamericanos han perdido comunicación con el campo y pronto mandarán tropas para recuperarlo. Los mexicanos sobrevivientes comenzamos a juntar las armas para recibir a las brigadas norteamericanas. Entre estas hay una bomba de gran alcance que servirá para una emergencia. Yo estoy ansioso de que llegue ese día para poder tomar más vidas de quienes hicieron de mi país un infierno.


Mi sed de sangre y muerte ha ido aumentando desde la primera vida que tomé. Cada vez me vuelvo más sádico, pero es una belleza ver cabezas sin cuerpo por el suelo, cuerpos mutilados y todo lleno de sangre.


El momento ha llegado y han arribado cuatro camionetas con aproximadamente 15 soldados norteamericanos en cada una. Los hemos tomado por sorpresa, pero ellos son soldados bien entrenados y han reducido nuestro número considerablemente. Fui herido en la pierna izquierda pero con la adrenalina que producía en ese momento no sentí dolor. Tiempo después de eliminar a los soldados las heridas comenzaron a doler de una manera terrible. Y me siento feliz,  pues esto me recuerda que soy humano. El dolor es el único recordatorio de que aún soy humano y continuo vivo.


Los pocos sobrevivientes nos reunimos para hablar del siguiente paso, pero todos sabemos que no resistiremos otro ataque y menos ahora que estamos reducidos en número. Yo propuse usar la bomba a la llegada de los refuerzos norteamericanos y los demás han accedido. Solo puse dos condiciones, que me dejen solo y que continúen la rebelión.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Hades el Dios de la Muerte

 Noviembre 2013

(FINAL)
Mi verdugo no me mandó llamar el día pero hoy en la mañana lo encontré. Creo que por fin se ha fastidiado de mi, ya que lo  vi saliendo de su habitación, y dentro de ella se encontraba un joven desnudo y tirado en la cama. Yo pasé sin tomar en cuenta esto, pues para mi era mucho mejor. Así ya no sería quien sufra por culpa de este dresgraciado. 

Quien me tenía preocupado era Eduardo había tenido calentura toda la noche. Pedí ayuda a los oficiales pero me la negaron, pues ahora quien tenía los privilegios era aquel joven. Eduardo comenzaba a enfermar cada día más; yo le pedía ayuda al coronel Neri, pero este se negó. Días después Eduardo falleció, y me sumí en una profunda tristeza. Ahora lo único que quiero es hacerle sentir a todo el mundo mi dolor, quiero que paguen por la vida de mi hijo, quiero que sufran tanto como yo sufrí al verlo morir.

Durante este mes me he dedicado a conseguir los planos del campo de concentración. Asesiné al nuevo amante del coronel, y él me ha vuelto a buscar. Yo no me negué pues él es el siguiente en mi lista. Antes de asesinar a este bastardo tengo que conseguir los planos y las llaves del almacen, donde tienen guardadas armas, cuchilos y granadas.

El día había llegado. Era viernes y me mandaron llamar ante el coronel. Yo me presenté puntualmente con un picahielos que robé de la cocina. Cuando llegué, él estaba completamente desnudo y esto facilitaría mi trabajo. Lo abracé, lo besé y pasé mis brazos, como acariciando su cuerpo, hasta que por fin pude tomar venganza. Clavé el picahielos una y otra y otra y otra vez hasta sentirme satisfecho con su cara de dolor. Todo se tornó de color rojo. Yo veía la cara de este desgraciado y, en un abrir y cerrar de ojos, recordé todo lo que me obligó a hacer. Me sentía tan satisfecho pero aún deseaba más. Solo quedaba crear un levantamiento. Ya tenía, en mis mamonos, las llaves del almacen. Y el incitar a los esclavos, fastidiados de esta vida, no será una tarea difícil.

Voy a hacerles pagar por todo lo que me hicieron sufrir. Deseo verlos morir de dolor, de angustia y de miedo. Nunca voy a estar satisfecho hasta que termine con la vida de todos ellos o hasta que una bala atraviese mi cráneo.

¡Muerte, muerte, muerte! Ese es mi único deseo.

lunes, 24 de octubre de 2011

CONOCIENDO A CARONTE

"Caronte llevaba las almas de los muertos por el Cocito y no dejaba pasar a nadie a menos que pagara una moneda de oro ".

Septiembre 2013
(FINAL)
Ya ha pasado mucho tiempo desde nuestro estúpido intento de rebelión. Cada día llegan niños del campo de concentración, y yo pienso en mis sobrinos que aún son muy pequeños y no pueden ser enviados a trabajar. Pero entre los nuevos niños, que no viven mucho tiempo por las pesadas jornadas de trabajo, llegó uno muy peculiar con esos ojos llenos de esperanza, esa cara de ángel y una inocencia admirables. En el momento en que me percaté de este niño, decidí protegerlo. Pensando que nunca volveré a ver a mis queridos sobrinos y el sería quien los sustituya. Después de unos meses terminé por encariñarme del niño y él también. Esto lo sé porque me dice papá. Todos los días le ayudo con sus labores para que soporte este infierno y, como premio, recibo una tierna sonrisa y un "gracias papá".


El coronel encargado del campo donde nos encontramos siempre me mira de una forma extraña; era esa mirada la que sentía observarme mucho tiempo atrás. El día de hoy me mandó llamar. Si me resistía al llamado, sería castigado e igualmente llevado ante su presencia, así que decidí presentarme sin objeción. Al llegar a su habitación, él ya me estaba esperando y me invitó a pasar de una forma muy cordial. Preguntó datos acerca de mi familia y yo respondí con mentiras a todo. Luego me dijo que cuánto apreciaba al joven que siempre estaba a mi lado y yo respondí que mucho. Después me dijo que qué daría por él, que qué pasaría si se lo llevaba. Yo le rogué, imploré y supliqué que no le hiciera daño. Él respondió que qué daría por este niño. Yo respondí que daría lo que sea, y al momento se me acercó e intento besarme pero yo puse resistencia. El coronel se enojó y me dijo que mandaría asesinar al pequeño. Le pedí disculpas y terminé accediendo a sus asquerosos deseos.


Así continuaron los días, cada viernes era llamado a la habitación del coronel, y él saciaba su deseo con mi cuerpo. Mientras estábamos trabajando solo recordaba su olor, sus ojos, su voz, y terminaba vomitando o me ponía de malas. Pero a cambio las cosas mejoraban mucho para el joven y para mí. Éramos tratados mucho mejor que los demás. Curiosamente platicando con Eduardo, mi hijo, le pregunté que si cree que las personas son malas y respondió que no. Yo no pregunté más, porque no quiero que el pierda su pureza.


No eran gratos mis encuentros con el coronel. Me sentía sucio, adolorido, y mi odio crecía contra este desgraciado, pero en estos tiempos fue una forma de sobrevivir. Yo no quería pero de cualquier forma sería obligado, ya que para los norteamericanos solo somos objetos a su total disposición. Simplemente era un pago para pasar la vida un poco mejor. Algunas veces, estando en su habitación, he pensado matarlo, pero mi hijo quedaría desprotegido y moriría.


Hoy es viernes, y es raro porque no fui llamado ante el coronel. Quién sabe qué ha pasado, pero estoy muy feliz porque esta vez no usará de mi cuerpo para satisfacerse. ¡Ojalá esté muerto!

lunes, 17 de octubre de 2011

PASANDO POR EL COCITO

 En la mitología griega, el Cocito es un río en el infierno alimentado por las lágrimas de los ladrones, los pecadores y de todos aquellos de mala conducta.
Marzo 2013
 (Final)

Meses después de llegar al campo de concentración, comenzamos a formar reuniones secretas para iniciar un movimiento de rebelión. La gente mayor comenzó a reunirse sabiendo que el castigo por ser descubiertos sería la muerte. Algunos proponían huir, otros no querían hacer nada, algunos más querían tomar el campo y establecer un fuerte de resistencia. Comenzamos a conseguir palos, objetos punzocortantes y al menos 10 armas de fuego. Después de una terrible jornada de trabajo, al regresar a la sala de concentración, continuaban las pláticas para comenzar la rebelión.


Tiempo después se dio la última junta a la cual no pude asistir porque estaba muerto de cansancio. Se estableció la hora y fecha del movimiento, y mi padre me informó todo a la mañana siguiente. Me dio una de las armas e instantaneamente sentí que iba a morir asesinado. Lo único que quedaba era esperar el día y la hora para que todos fuésemos masacrados. Muchos se encontraban felices y esperaban con ansias el día de poder regresar todas las humillaciones, castigos y sufrimientos causados por los malditos norteamericanos. Yo no quería venganza, pues continuaba aterrado por lo que había presenciado mucho tiempo atrás.


El día había llegado, y cada hora, cada minuto, cada segundo que pasaba me hacía temblar de miedo. Yo portaba una de las pocas armas que se habían conseguido, pero nunca había disparado un arma y mucho menos he dado muerte a persona alguna. Al llegar la hora todo comenzó: nos movíamos con sigilo, lento y con mucho miedo. Pero aún no estábamos preparados y fuimos descubiertos por soldados. Se abrió fuego de ambas partes. La sangre de mis compañeros tapizaba el suelo, se escuchaban gritos, y yo me quedé paralizado mientras veía como eran asesinados mi padre, mi hermano y demás gente que comenzó la rebelión. Parecía que se formaba un rio rojo con la sangre de todos ellos. 


Cuando todo terminó, yo y los demás sobrevivientes fuimos interrogados, golpeados y castigados por el acto de rebelión. A mí me encontraron el arma, me golpearon en la nuca y caí inconsciente. Ahora estoy encerrado y van a pasar muchos días para que vuelva a ver la luz del sol. Por las noches, mientras duermo, sueño con mi padre, hermano y demás muertos decir: “¿por qué no hiciste nada Arturo? ¿Por qué nos dejaste morir? ¿Por qué fuiste cobarde?”. Y despierto con un vacío en el estómago, ganas de cambiar mi vida por la de alguno de ellos o por lo menos acompañarlos en el sendero de la muerte. No sé cuánto tiempo ha pasado pero escuché a los guardias decir que mañana seré reintegrado a los campos para trabajar, ya que estar encerrado es como tener vacaciones. Yo espero no ver a gente morir horriblemente.

Ya estoy de regreso al trabajo forzado pero algo me tiene incomodo. Siento que soy vigilado, siento la mirada de alguien y no sé quién pueda ser.

jueves, 13 de octubre de 2011

CAMINANDO HACIA LOS ELÍSEOS POR EL INFIERNO

Febrero 2013
 (Final)
Ya han pasado 4 meses desde que Estados Unidos aplicó el plan Campos Elíseos. Han sido asesinados los altos mandos del ejército, presidentes municipales, gobernadores, profesores de universidades y personas que pudieron liderar una resistencia. ¡Y pensar que todo era diferente!

Meses atrás presencié, dentro de las instalaciones de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, el asesinato de los profesores. Ese día se anunció el cierre de clases debido a la invasión norteamericana. Al retirarnos de la institución; me percaté de que todos los profesores se encontraban reunidos en el estacionamiento e imaginé el desastre que se aproximaba. Continué caminando, cerré mis ojos y escuché gritos de dolor fundidos con el tronar de las metralletas.

Días más tarde, en la estación de radio circuló un mensaje: "a todos los mexicanos se les informa que deben presentarse en su delegación, municipio o módulo de atención ciudadana para que sean marcados y así, distinguirse de los demás". Todos en casa estamos desconcertados. No sabemos que decir, no sabemos que hacer ni con quién acudir. Después de unas horas, todos nos dirigimos al modulo para adquirir nuestra marca. Yo sentía un vacío en el estómago, ya que imaginé que sería una trampa e ibamos a ser asesinados como los demás. Éramos 10 personas: mi madre y padre, mi hermano y su familia, mi hermana, su hijo y yo. Al llegar, se habían levantado murallas de concreto y en la parte superior se encontraban soldados armados. Dije: "¡estamos muertos!". Pero no fue así. Al continuar avanzando me percaté que nos dividían en tres filas: hombres, mujeres y niños. En la fila de hombres, fuimos marcados como ganado con una barra de hierro al rojo vivo y en el pecho.

Después de recobrar mis pensamientos que habían sido ocupados por el dolor en mi pecho, comencé a buscar a mi familia y únicamente encontré a mi hermano y padre. Las mujeres e infantes habían sido llevados a campos de concentración. Las mujeres a uno en el cual puedan parir hijos norteamericanos y los niños a uno en el cual los mantendrían alimentados hasta que sean útiles para trabajar o tener hijos. En cuanto a nosotros, nos hicieron regresar a nuestras casas para ser transportados posteriormente a un campo de concentración y trabajar como esclavos de Estados Unidos. No solo nos pasó a nosotros sino a los demás países que no son aliados de Estados Unidos como: Guatemala, Belice, Cuba, Jamaica, Nicaragua, Honduras y demás países sudamericanos.

En este preciso momento nos dirigimos a nuestro nuevo hogar o como yo lo llamo: "el infierno".

domingo, 2 de octubre de 2011

MIEDO

Octubre-2012
(Final)
Hace unos días el Gobierno de Estados Unidos puso en  marcha el plan Campos Elíseos, justo después del asesinato del presidente electo Marcelo Ebrad. El plan consiste en ayudar a México a restaurar su control de la delincuencia organizada, ya que esta misma fue quien llevó a cabo el asesinato del presidente de nuestra nación.
Mi nombre es Arturo Garduño, estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana, vivo con mis padres, Feliciano Garduño y Concepción Salas. Nuestro profesor Sandro Cohen nos ha pedido investigar este acontecimiento que tiene a todo el país paralizado. Durante la investigación, mis compañeros y yo visitamos la Embajada estadounidense y al mencionar el plan Campos Elíseos, fuimos expulsados por agentes de seguridad.
Han pasados varias semanas desde que se encuentra vigente dicho plan. Desde entonces he comenzado a sentir mucho miedo, ya que estamos invadidos por soldados norteamericanos; ninguno ha hecho nada malo pero la mera presencia de personas armadas por doquier me pone muy nervioso, siento como si en cualquier momento nos fuesen a disparar por la espalda.
Ayer, me tocó presenciar el asesinato de un ladrón que le arrebató su bolsa a una mujer de edad avanzada en plena calle; mientras el ladrón escapaba corriendo, se escuchó el sonido de un fusil y acto seguido el ladrón voló dos metros para después caer en el pavimento y crear un enorme charco de sangre. Al ver esto yo me quede paralizado de miedo y llegué a pensar, sin dudarlo que también a mí me sería arrebatada la vida de la misma forma. Después de recuperar mis sentidos giré la cabeza para darme cuenta de aquello, que no me era difícil de imaginar: ahí estaba el soldado norteamericano como si nada, y se podía deducir por la expresión en su rostro que se encontraba orgulloso por lo que acababa de realizar. El día siguiente todos los periódicos publicaron en sus portadas lo acontecido anteriormente, y al mismo tiempo los diputados y senadores presentaban sus demandas al Gobierno estadounidense.
Dos días después  el embajador estadounidense dió una conferencia de prensa en la cual justificó el actuar de su soldado como la forma correcta y dijeron que sí México no puede ponerle fin a la delincuencia, entonces su forma de gobierno es inaceptable y mejor deberíamos dejar que ellos se hagan cargo. Acto seguido se presentó en el Congreso de la Unión, supuestamente a dar una explicación de su declaración a nuestros representantes. Mientras se realizaba dicha asamblea todos los representantes mexicanos fueron rodeados por soldados norteamericanos, y al cabo de 10 minutos de un ambiente hostil, se abrió fuego en contra de los diputados y senadores de México.
Una semana después de la masacre, Estados Unidos ha declarado que México será anexado al territorio estadounidense, así como los demás países de Sudamérica para formar una potencia única y la más imponente que el mundo ha conocido. Algunos países se han unido a este descabellado plan: Argentina, Venezuela, Brasil, Chile y Canada. Nadie sabe qué pasará y en lo que a mi pensar respecta estoy totalmente muerto de miedo, probablemente es el comienzo de una guerra mundial o el fin del mundo.
¡Sí esto es un sueño, que alguien me despierte, por favor!